Hace unas semanas recibimos un mensaje de agradecimiento a la Mutualidad que nos ha emocionado a los que trabajamos en ella y queremos compartir con todos los que formamos parte de esta entidad. Nos lo escribió durante el confinamiento Inmaculada Checa Tejedor, viuda de un gestor administrativo que desde hace 14 años cobra la pensión de nuestra Mutualidad y decía así:
“Le agradezco muchísimo el comunicado en relación a la presentación obligatoria del Certificado de Vivencia, es muy tranquilizador, ya que por las circunstancias que estamos pasando nos ha resultado imposible realizarlo. En mi caso estoy pasando el confinamiento y esta crisis sanitaria con una hija. Le comento que en mi familia sí hemos tenido circunstancias preocupantes ya que mi hija mayor, adjunta de Radiología en el Hospital de Alcorcón, se contagió y también su familia, y hemos estado muy preocupados por ellos. Gracias a Dios se han recuperado y ella ya trabaja en el Hospital nuevamente. Muchas gracias por su sensibilidad a los problemas derivados de esta crisis sanitaria sin precedentes. En el último trimestre presentaré el certificado y fe de vida (si Dios quiere), tal como indica. Un cordial saludo y muchas gracias”.
Desde la Mutualidad agradecemos enormemente el mensaje de Inmaculada, porque nos reconforta haber podido ayudar durante a la pandemia a todos los mutualistas y saber que el esfuerzo por atenderlos de la mejor manera ha tenido eco. Ella insiste en agradecer las facilidades que se han ofrecido a los mutualistas y la comunicación que hemos mantenido: “Han sido sensibles y amables, en un momento en que todos estábamos muy preocupados. Cuando recibí el mensaje de que se aplazaban los trámites para presentar la fe de vida lo agradecí, porque tenía muchas preocupaciones y era un tema en el que no había caído, me pareció un buen detalle y quise darles las gracias, porque se lo merecen”.
Nos hemos puesto en contacto con Inmaculada y nos ha contado su vivencia durante esta crisis sanitaria, que toda su familia ha superado felizmente y queremos compartir como un ejemplo positivo para todos los que formamos parte de la Mutualidad. Ella estuvo en casa confinada con su hija Ana María y su otra hija, Virginia, es médico en el hospital de Alcorcón y se contagió del coronavirus en marzo. Ella, su marido y su hijo han superado la enfermedad sin requerir hospitalización ni sufrir secuelas.
Inmaculada es viuda de Alfredo Quintana Sandúa, gestor administrativo con oficina en el barrio madrileño de Vallecas. Ella nos cuenta que su marido fue feliz ejerciendo la profesión y disfrutaba mucho del contacto personal con los clientes. Desgraciadamente, falleció joven y no llegó a poder celebrar los 25 años de ejercicio.
Por todo esto Inmaculada Checa ha mantenido la vinculación con el colectivo de los Gestores Administrativos, al que tiene un enorme cariño. Desde aquí le queremos devolver ese afecto y agradecerle su testimonio.