David Jiménez Mesa era miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, con responsabilidad de jefe de Policía Judicial. En 2018, con 42 años de edad, se vio obligado a ayudar en la gestión del negocio de su familia: una gestoría en Valdemoro (Madrid). Su implicación le llevó finalmente a pedir una excedencia para hacerse cargo de la dirección del despacho, que atravesaba entonces un momento extremadamente difícil. Casi tres años después, Gestoría Universia ha remontado el vuelo, multiplicando por cinco su volumen de negocio, creando un departamento jurídico e incorporando un catálogo de nuevos servicios que no deja de aumentar. David es licenciado en Derecho, experto profesional por la UNED y posee una amplia formación policial. Realizó el Máster en Gestión Administrativa y cambió su rumbo profesional radicalmente. En esta entrevista nos explica las claves de su éxito y su visión de la profesión.
– ¿Fue muy difícil ese cambio laboral tan radical?
– Mi trabajo en la Policía Judicial era mi vida y mi vocación, me apasionaba. Fue durísimo dejarlo, lo lloré, pero tuve que tomar esa decisión para ayudar en el negocio de la familia de mi mujer, que estaba al borde del cierre. Opté por involucrarme del todo, pensando en el futuro de mi hijo. Afortunadamente he tenido éxito, he visto subir el negocio y tengo la satisfacción de trabajar para mí. Además, he descubierto que también desde aquí podemos ayudar a mucha gente. Un despacho como este genera unos vínculos de confianza con los clientes muy potentes: necesitan asesoramiento de un gestor administrativo ante temas cruciales para ellos y eso se ha notado muchísimo durante el estado de alarma. Vivo la profesión de gestor como una forma no solo de ganarme la vida, sino de poder aportar a esta sociedad y ayudar a los que más lo necesitan. Es una forma diferente de ejercer mi vocación policial, de servir al ciudadano.
– ¿Qué cambió en la gestoría para seguir adelante?
– Lo primero fue poner en marcha muchos temas nuevos: áreas que hasta entonces no se tocaban y donde podíamos ofrecer un buen servicio. Empezamos a trabajar en materia de riesgos laborales, de administración pública, asesoramiento a empresas… y creamos un departamento jurídico. También me interesa mucho la formación: hace tiempo publiqué un libro sobre acoso escolar y hablaba del tema del bullying a los niños, ahora he estado dando cursos a administradores de fincas… Procuro estar al día para mejorar, por eso también cambiamos el nombre de la gestoría, el logotipo, apostamos por la página web, las nuevas tecnologías… Ahora hacemos muchas más cosas que antes y hemos formado un equipo muy bueno y muy unido, que para mí es la clave principal. Hemos optado por nuevas líneas de negocio totalmente innovadoras y poco vistas hasta ahora por un gestor administrativo. Pero, ante todo, la clave es el equipo que te acompaña.
– ¿Cómo formó este equipo?
– Yo creo mucho en el trabajo en equipo y lo he vivido también en mi experiencia policial. Es imprescindible tener un equipo cohesionado y motivado para que funcione bien. Estoy muy satisfecho de contar con profesionales tan competentes y comprometidos. Eso se consigue con una retribución justa, pero también forjando lazos de cooperación y de confianza día a día en la oficina. Si los trabajadores son buenos pero no están contentos, es imposible que estén comprometidos con el despacho. La fuerza y el empuje de muchos siempre es más poderoso que el buen hacer de uno solo.
– Los jóvenes están impulsando también la modernización tecnológica de la profesión.
– Para nosotros es fundamental. La gestión telemática es el presente y el futuro, lo que hace que podamos dar un servicio más rápido y eficaz. Y también abre nuevas posibilidades de negocio. En ese sentido el Colegio lo está haciendo muy bien, apoyando esa transformación y dándonos herramientas. Otra de las claves de la tecnología afecta al marketing, a la manera de llegar a los clientes y a nuestro entorno. El vídeo, las redes sociales, las presentaciones telemáticas… hay mucho campo para explorar y conseguir contactar con más gente a la que pueden interesarle nuestros servicios.
– ¿Fue clave eso durante el estado de alarma?
– Absolutamente, hay un antes y un después para los gestores administrativos. Fue un momento muy duro, pero para la profesión ha tenido un efecto de reconocimiento positivo, lo ha acelerado. Hemos recibido una valoración, un agradecimiento de los clientes que antes no era habitual. Recuerdo que nos pidieron, por ejemplo, muchísimos “salvoconductos” para ir a trabajar. De repente, giraron la vista hacia nosotros y respondimos informándoles de toda la normativa que salía cada semana, explicándoles lo que podían hacer y lo que no, asesorándolos… Yo llevo poco en la profesión, pero he notado ese cambio a mejor porque hemos respondido a la gente en un momento muy duro, cuando tenían necesidades importantes y urgentes.
– Usted se hizo mutualista al empezar a trabajar como gestor administrativo. ¿Por qué lo recomendaría?
– Tener la Mutualidad de Gestores Administrativos es una ventaja enorme, no todas las profesiones la tienen y todos deberíamos ser más conscientes el valor que realmente tiene. Presta un gran servicio y atiende muy bien a los mutualistas. Es una tranquilidad el trabajo que hace para que tengamos una buena jubilación. Creo que tanto la Mutualidad hace un buen trabajo para los gestores administrativos: debemos aprovecharlo e involucrarnos para que crezca.