El crecimiento económico ha permitido que la deuda pública sea un 0,8% del PIB inferior en 2014 y un 3,5% menor en 2016. Este dato es significativo porque demuestra que el crecimiento económico, por sí sólo, es la mejor forma para reducir el agujero de las cuentas públicas. De hecho, mientras que el déficit público sigue aumentando la deuda año tras año a través de los recortes y de las fuertes subidas de impuestos que se han aprobado, dos años de crecimiento han permitido que el Gobierno ahorre lo mismo que lo que se destinó a rescatar a los bancos.
Fuente:Expansión